Medimay 2017 Ago;24(2):143-159 ISSN: 2520-9078 RNPS: 2441
ARTÍCULO ORIGINAL
Remigio Rafael Gorrita Pérez,I Nidisbeth Taylor Pérez,II Moises Utria Martinez.III
IEspecialista de II Grado en Pediatria, Profesor Auxiiar y Consultante, Investigador Auxiliar, Máster en Atención Integral al Niño. Policlinico Univesitario “Santiago Rafael Echezarreta Mulkay”.San José de las Lajas, Cuba. Correo electrónico:remigio.gorrita@infomed.sld.cu
IIEspecialista de I Grado en Medicina General Integral y Pediatria. Policlínico-Hospital “Alberto Fernández Valdés” de Santa Cruz del Norte, Cuba.Correo electrónico:remigio.gorrita@infomed.sld.cu
IIIEspecialista de I Grado en Medicina General Integral y Medicina Natural y Tradicional. Máster en Medicina Natural y Bioenergética. Policlinico Univesitario “Santiago Rafael Echezarreta Mulkay”.San José de las Lajas, Cuba.Correo electrónico:reinar@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: las lesiones no intencionales o accidentes representan un problema de salud mundial.
Objetivos: aplicar y evaluar una intervención comunitaria sobre factores de riesgo y accidentes en hogares de niños menores de cinco años.
Métodos: se realizó un estudio de cohorte cuasi-experimental de intervención comunitaria en 122 niños y sus familias de cuatro consultorios del Policlínico-Hospital “Alberto Fernández Valdés” de Santa Cruz del Norte, provincia Mayabeque entre el 1ro de septiembre del 2013 y el 31 de marzo del 2014. Fueron variables: edad, factores de riesgo de accidentes, grados de riesgo de accidentes en los hogares y antecedentes de accidentes en los seis meses previos a la intervención. Se aplicó y se evaluó un cuestionario sobre accidentes y factores de riesgo al inicio del estudio y seis meses después de la intervención.
Resultados: los factores de riesgo de accidentes más frecuentes en los hogares fueron: niños dejados solos, 45.0 %, equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección, 36.0 % y acceso libre al área de la cocina 33.6 %. Predominaron los hogares con bajo riesgo con el 69.7 %. En el 60.6% de los niños presentaron accidentes en los seis meses previos. Los accidentes más frecuentes fueron: caídas que requirieron tratamiento médico, 22.1 %, introducción de cuerpos extraños, 18.8 % y quemaduras, 10.6%. Después de la intervención disminuyeron significativamente los factores de riesgo y los accidentes.
Conclusiones: se considera que la intervención comunitaria fue exitosa. Se recomienda aplicar la clasificación de riesgo utilizada en el estudio y seguir realizando intervenciones con esta metodología.
Palabras clave: accidentes; factores de riesgo; participación de la comunidad; preescolar
ABSTRACT
Introduction: non intentional lesions or accidents represent a world health.
Objectives: to apply and evaluate a communitarian evaluation about risk factors and accidents of children younger than five years old at home.
Methods: a cohort quasi-experimental communitarian intervention was carried out in 122 children and their families form four Doctor’s Offices at “Alberto Fernandez Valdés” policlinic-hospital in Santa Cruz del Norte, Mayabeque province from September 1st , 2013 to March 31st, 2014. The variables were: age, risk factors of accidents, risk degrees of accidents at home and antecedents of accidents in the six previous months to the intervention. A questionnaire about accidents and risk factors was applied and evaluated at the beginning of the study and after six months of applying the intervention.
Results: the most frequent risk factors of accidents at home were: left alone children, 45.0%, equipment, and electric installation without protection, 36.0% and free access to the area of the kitchen 33.6%. Homes at low risks prevailed with the 69.7 %. The 60.6% of the children presented accidents in the six previous months. The most frequent accidents were: falls that required medical treatments, 22.1%, introduction of foreign objects, 18.8% y burns, 10.6%. After the intervention the risk factors and accidents decreased significantly.
Conclusions: It is considered that the communitarian intervention was successful. It is recommended the used classification of risk of the study and keep on performing interventions with this methodology.
Keywords: accidents; risk factors; community participation; child, preschool.
INTRODUCCIÓN
Con la humanidad se originan las enfermedades y dentro de ellas las infecciones, que como verdaderas epidemias diezmaban al ser humano. En su interacción con el medio circundante ocurrían otros eventos, a los que se les denomina, accidentes.1-3
Un accidente indica la existencia de un riesgo, que no fue detectado y corregido y le conocemos lamentablemente a través de sus consecuencias.1 Miles de personas pierden la vida o sufren traumatismos en calles, carreteras, espacios abiertos o en sus hogares. Hombres, mujeres y niños nunca volverán dejando familias destrozadas o en el mejor de los casos, no podrán vivir como solían hacerlo.2
Desde hace años, al realizar el análisis sobre los accidentes en el niño en Cuba, se considera el concepto de “accidente” como un vocablo impreciso, que había generalizado una connotación semántica de “algo casual”, “fortuito”, que sucedía “por suerte o azar”, cuando en realidad “los accidentes, ni son tan inevitables, ni tan accidentales”. Es decir, que los llamados “accidentes” son más causales que casuales. Entonces en cada “accidente” existe un “causante” o responsable.3-5
Apoyando aquella sabia definición surge la propuesta de sustituir o incluir, además de la palabra “accidente” la de “lesión no intencional”, que soslaya la carga de inevitabilidad que llevaba implícito la denominación inicial de que nada se puede hacer para prevenirlos.6
Las lesiones no intencionales o accidentes representan un problema de salud mundial. Cada año del siglo XXI sufren lesiones graves o mueren en todo el mundo 20 millones de hombres, mujeres y niños; y estos ocasionan más muertes y lesiones que la guerra, las catástrofes y las epidemias.1,6,7
Las pérdidas materiales anuales por accidentes ascienden a 500 000 millones de dólares y representan una importante causa de morbilidad y secuelas físicas y psicológicas. Son además una severa carga para la familia del paciente y considerable erogación de recursos de salud.7-9
Aunque su efecto no escapa a ninguna edad, su mayor incidencia es en niños y jóvenes. Mundialmente se producen 875 000 muertes cada año; asimismo se revela una muerte cada cinco segundos y un traumatismo cada dos.1,9
Su incremento se explica por el desequilibrio entre los avances técnicos, el estilo de vida moderno y las inadecuadas medidas de encaminadas a evitarlos. En los países en vías de desarrollo este desequilibrio es más evidente. Se introducen rápidamente nuevas tecnologías, que aumentan los riesgos, y no se establecen paralelamente medidas preventivas.1,3
En Cuba las lesiones no intencionales están entre las primeras cinco causas de muerte en menores de 50 años. En el 2013 su tasa fue de 46.6 por cada 100 000 habitantes para el sexo masculino y 41.8 para el femenino. En los menores de un año ocuparon el doceavo lugar para una tasa de 0.1 por cada 1000 nacidos vivos, y la primera causa en las edades de 1 a 4 años para una tasa de 0.9 por cada 10 000 habitantes de 1 a 4 años, siendo las caídas accidentales la causa más común de muerte para ambos sexos.10
Para evitar accidentes, se requiere: previsión, tiempo y disciplina; previsión: para pensar y sensibilizarse ante los posibles peligros que acechan a los niños; tiempo para vigilarlos; y disciplina porque deben aprender hasta donde pueden llegar.2-6
El niño ignora el peligro y los adultos olvidan que el hogar en un medio concebido para adultos y cuando el niño crece y desarrolla sus capacidades y habilidades, aumenta su curiosidad, y deseo de explorar. Es en este medio en que aprende mediante ensayo y error, ese empeño puede ser perjudicial.7-9
Los niños son víctimas inocentes de entornos inseguros o de conductas negligentes de los adultos, y el análisis del medio familiar y el status social en cada caso permite determinar que existe un entorno familiar inadecuado con descuidos y negligencias de la persona a cargo del niño.6-8
Se acepta como “natural” que los niños jueguen, corran, salten, trepen, examinen los objetos a su alcance, los lleven a la boca, y hagan actividades propias de su desarrollo y curiosidad. Muchos conllevan riesgos para producir accidentes en el hogar que hay que prevenir.3
Mientras más pequeños, son más frecuentes las lesiones dentro del hogar: caídas, quemaduras, ahogamiento por sumersión, amputación de dedos o asfixia.
Después al alcanzar la bipedestación y capacidad de marcha, el riesgo para otro tipo de lesiones aumenta y pueden producirse: ingestión o introducción de cuerpos extraños (monedas, juguetes pequeños), caídas, quemaduras por agua en ebullición, o esofágicas por cáusticos, mordeduras por perros, atropellamientos y lesiones cuando se viaja en un vehículo en movimiento.7-6
Durante la visita al hogar es función del médico, la enfermera de la familia y del pediatra en la atención primaria de salud detectar riesgos de accidentes, para tomar medidas a corto, mediano o largo plazo y evitar que éstos se produzcan.8
Por la importancia de los accidentes o lesiones no intencionales en el hogar y los riesgos que pueden provocarlas, se decideaplicar y evaluar una intervención comunitaria sobre factores de riesgo y accidentes en hogares de niños menores de cinco años
MÉTODOS
Se realizó un estudio de cohorte cuasi-experimental de intervención comunitaria en 122 niños menores de cinco años y sus familias, de cuatro consultorios del Policlínico-Hospital “Alberto Fernández Valdés” del municipio Santa Cruz del Norte, provincia Mayabeque entre el 1ro de septiembre del 2013 y el 31 de marzo del 2014. Para ello se realizó una visita de observación a cada hogar donde inicialmente se aplicó una planilla evaluadora sobre factores de riesgo de accidentes y se pesquisó sobre la existencia de accidentes en los seis meses previos. Se orientóen cada familia según los factores de riesgo encontrados sobre las medidas a tomar para su erradicación o modificación. Con ambos instrumentos se realizó una segunda evaluación seis meses después.
Se cumplieron los siguientes criterios de Inclusión:
Criterios de Exclusión:
Variables estudiadas:
Factores de Riesgo de Accidentes:
Se estableció el grado de riesgo de accidentes en las familias: (según número de factores de riesgo de accidentes identificados) Bajo riesgo: (cinco factores o menos),
ediano riesgo: (entre seis y nueve factores) y Alto riesgo: (10 o más factores)
Antecedentes de accidentes en los seis meses previos al estudio, y a la intervención:
Instrumentos de recolección, aplicación y procedimientos:
La información se obtuvo mediante
cientos cuando se consideró oportuno, con una significación estadística mayor del 95%.
RESULTADOS
El 50,8 % de los 122 niños investigados correspondían al sexo masculino y el 42,6 % eran menores de un año en el momento de la visita inicial. Según se observa en la tabla 1; en la visita realizada a los hogares previa a la intervención, se identificaron factores de riesgos de accidentes en todos los casos estudiados. Los más frecuentes fueron: los niños dejados solos, para un 45 %, equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección y el acceso libre al área de la cocina, ya que la mayoría de los hogares visitados no tenían una división que impidiera el paso a la misma, representando un 36% y 33.6 % respectivamente.
El resto de los factores se muestran en la tabla en forma decreciente. En la segunda visita seis meses después, post intervención se observó que continúan predominando los niños dejados solos, aunque con un por ciento inferior (41.8%). Los equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección, disminuyeron a un 14.7%; el acceso libre al área de la cocina en la segunda visita solo se encontró en el 24,5 % de los niños. Las cunas o camas mal protegidas disminuyeron de un 30.3% a un 5.73%. Los objetos cortantes y punzantes identificados en el 25.4% antes de la intervención se redujeron a un 9.01%.
De manera estadísticamente significativa se logró una reducción de los factores de riesgo estudiados, aunque las fugas de gas no mostraron variación alguna con la intervención.
Tabla 1. Factores de riesgo de accidentes en niños menores de cinco años antes y después de la intervención comunitaria.
FACTORES DE RIESGO DE ACCIDENTES MÁS FRECUENTES |
ANTES |
DESPUÉS |
||
n=122(1) |
% |
n=122(1) |
% |
|
Niños dejados solos |
55 |
45.0 |
51 |
41.8 |
Equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección |
44 |
36.0 |
18 |
14.7 |
Acceso libre al área de la cocina |
41 |
33.6 |
30 |
24.5 |
Cunas o camas mal protegidas |
37 |
30.3 |
7 |
5.73 |
Objetos cortantes y punzantes |
30 |
25.4 |
11 |
9.01 |
Fármacos con fácil acceso o mal identificados |
29 |
23.7 |
23 |
18.8 |
Animales capaces de producir mordeduras |
26 |
23.1 |
17 |
13.9 |
Juguetes y objetos pequeños al alcance de los niños |
25 |
20.4 |
21 |
17.2 |
Recipientes con queroseno y otras sustancias tóxicas |
23 |
18.8 |
4 |
3.27 |
Juguetes, muebles y otros objetos en desorden |
22 |
18.0 |
8 |
6.55 |
Piso mojados o engrasados |
17 |
13.9 |
8 |
6.55 |
Escaleras y balcones sin barandas o barandas inseguras |
17 |
13.9 |
12 |
9.83 |
Depósitos de agua destapados |
16 |
13.1 |
7 |
5.73 |
Bolsa de nylon al alcance de los niños |
16 |
13.1 |
3 |
2.45 |
Fósforos, encendedores y similares al alcance de los niños |
16 |
13.1 |
4 |
3.27 |
Colecho |
15 |
12.2 |
12 |
9.83 |
Muebles que pueden ser tirados al piso |
10 |
8.19 |
6 |
4.91 |
Iluminación deficiente |
9 |
7.37 |
6 |
4.91 |
Cocinas defectuosas o mal manipuladas |
8 |
6.55 |
5 |
4.09 |
Fugas de gas |
6 |
4.91 |
6 |
4.91 |
X2=4.26 p=0.00Significativa
(1)Hubo hogares con la presencia de más de un factor de riesgo
En la tabla 2 se muestran los grados de riesgo de accidentes identificados, previos a la intervención y como se modificaron con posterioridad a la misma.Se clasificaron inicialmente 85 hogares con bajo riesgo (cinco factores o menos) para un 69.7%, 32 de mediano riesgo (de seis a nueve factores) para un 26.2% y 5 de alto riesgo (mas de diez factores) para un 4.1%.Seis meses después de la intervención los hogares con bajos riesgo se habían incrementado hasta 113 (92,6 %) y paralelamente se redujeron los de mediano riesgo a 8 (6,6%) y a solo uno (0,8%) con alto riesgo. Resultados significativos que se corrobora con el test estadístico de independencia X2.
Tabla 2.Grados de riesgo de accidentes en los hogares de niños menores de cinco años antes y después de la intervención comunitaria.
Clasificación del grado de riesgo |
||||
Antes de la intervención |
Después de la intervención |
|||
Riesgo |
Total |
% |
Total |
% |
Bajo |
85 |
69,7 |
113 |
92,6 |
Mediano |
32 |
26,2 |
8 |
6,6 |
Alto |
5 |
4,1 |
1 |
0,8 |
Total |
122 |
100 |
122 |
100 |
X2=20 p=0.00Significativa
La tabla 3 muestra los antecedentes de accidentes en los seis meses previos a la intervención y en los seis meses posteriores a la misma. De los 122 niños estudiados 74 sufrieron accidentes en los seis meses previos a la visita inicial para un 60,6 %. Luego de seis meses de la intervención la cifra de niños que sufrieron algún accidente se redujo a 44 para un 36,1 % y paralelamente se incrementaron los que no los sufrieron.
Tabla 3.Antecedentes de accidentes en niños menores de cinco años antes y después de la intervención comunitaria.
Niños con antecedentes de accidentes |
|||||
Antes de la intervención |
Después de intervención |
||||
|
No |
% |
|
No |
% |
No |
48 |
39,4 |
NO |
78 |
63,9 |
Si |
74 |
60,6 |
SI |
44 |
36,1 |
Total |
122 |
100 |
Total |
122 |
100 |
X2=0.79 p=0.00Significativa
La tabla.4 muestra los tipos de accidentes que se produjeron antes y después de la intervención comunitaria. En la evaluación inicial las caídas que requirieron tratamiento médico fueron los accidentes más frecuentes, para un 22.1% de los lesionados, seguidas de la introducción de cuerpos extraños y las quemaduras, que representaron un 18.8% y 10.6% respectivamente.
Luego de la intervención aunque las caídas que requirieron tratamiento médico continuaron siendo las lesiones más frecuentes disminuyeron a 19 para el 15.5%, los cuerpos extraños también se comportaron de forma decreciente, así como las quemaduras, que se redujeron a un 10.6% y 2.45% respectivamente. No ocurrió así con los antecedentes de contusión que se incrementaron de 4 a 7 para a un 5.73%. Estos resultados fueron estadísticamente significativos.
Tabla 4.Tipos de accidentes en niños menores de cinco antes y después de la intervención realizada.
Tipos de accidentes |
Antes |
Después |
||
N=122(1) |
% |
N=122(1) |
% |
|
Caídas que requirieron tratamiento médico |
27 |
22.1 |
19 |
15.5 |
Introducción de cuerpos extraños |
23 |
18.8 |
13 |
10.6 |
Quemaduras |
13 |
10.6 |
3 |
2.45 |
Lesión con objeto punzante |
11 |
9.01 |
4 |
3.27 |
Ingestión de tóxicos o medicamentos |
7 |
5.73 |
2 |
1.63 |
Contusión |
4 |
3.27 |
7 |
5.73 |
Electrocución |
1 |
0.81 |
0 |
0 |
X2=0.79 p=0.00Significativa
(1)Hubo niños con la presencia de más de un accidente.
DISCUSIÓN
El concepto de accidente es científicamente impreciso. No obstante, si se tienen en cuenta los factores para que estos puedan ocurrir, existen mayores posibilidades de evitarlos, o al menos disminuir la gravedad de sus efectos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha diseñado el “Programa Global de Prevención de Accidentes”, que ahora se designa “Programa para la Prevención de Lesiones o Daños” a las que más recientemente se les ha denominado lesiones o daños no intencionales.2,3,5,8
Muchas de las actividades propias del desarrollo del niño conllevan riesgos de accidentes en el hogar que es necesario detectar y prevenir.2,3
En la presente investigación se identifican riesgos de accidentes en todas las viviendas de niños menores de cinco años, y el factor más frecuente es los niños dejados solos aunque con una a cifra inferior alaque reportan en Cienfuegos,75,4 %, que se refiere a niños estudiados en el momento del accidente, mientras se encontraban “bajo la supervisión de algún adulto”.12 En otro estudio en Ciego de Ávila el 52.5 % de los niños estaban presuntamente al cuidado de los padres en el momento del accidente,13 lo que pone de manifiesto cuanto es necesario insistir en esa responsabilidad de los tutores.
Los equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección son el segundo factor de riesgo de los niños afectados y muy discretamente por encima del 32 % de un estudio en Alamar.11 Estos resultando adquieren más importancia y hacen poner más énfasis en la prevención, cuando en un trabajo en Ciego de Ávila se mostró a 7 niños entre 1 a 4 años afectados por shock eléctrico14 y otra investigación realizada en un municipio de la provincia Mayabeque encontró cifras de 92,2 % de equipos, tomacorrientes e instalaciones eléctricas sin protección adecuada.7
El acceso libre al área de la cocina, tercer factor de riesgo encontrado en este estudio y mostró cifras inferiores a las reportadas en Alamar donde se identificó en el 98 % de las viviendas visitadas11 y también inferiores a las de otro estudio en Mayabeque situación explicable por dichos autores por la particular estructura de los hogares de su estudio.7
El área de la cocina tiene condiciones idóneas para que se produzcan quemaduras o lesiones con objetos cortantes, que podrían provocar marcas imborrables en el cuerpo del menor, consecuencias psicológicas y hasta la muerte, de ahí la importancia de estar vigilantes de las actividades que están realizando en cada momento y poner en práctica medidas de seguridad en ese sentido.
Los resultados del estudio difieren de los encontrados en Ciego de Ávila que identifica como factor de riesgo predominante en sus hogares, los fármacos con fácil acceso o mala identificación de los mismos.13
En las edades que se estudian todas las publicaciones reflejan que la mayor frecuencia de accidentes se produce en el hogar.2,3 En una investigación publicada en Santiago de Cuba a los accidentes en el hogar se les reconoce así en la tercera parte de todos los accidentes.15
Los autores consideran que las diferencias encontradas entre diferentes estudios, pudieran estar en relación con las características socioeconómicas de cada población, con el grado de conocimientos de las mismas sobre la temática, con el tipo de estudio y el método de recogida de la información.
Al evaluar el grado de riesgo, según la clasificación adoptada en el estudio, predominaron los hogares de bajo riesgo. Estos resultados se asemejan a los encontrados hace algunos años en otro estudio comunitario realizado en Mayabeque donde también obtuvo predominio de hogares clasificadas como bajo riesgo con un 75.5 %.7 El estudio marca diferencias en cuanto a la ostensible reducción del número de hogares con alto riesgo después dela intervención. En la comunidad de Alamar el 37 % de sus viviendas tenían bajo riesgo de accidentes, el 44 % mostraba mediano riesgo y un 19 % alto riesgo, resultados estos que también difieren de los de esta investigación.11
El hecho de clasificar las viviendas según grados de riesgo es un valioso instrumento para el médico, la enfermera y el pediatra que trabajan en la Atención Primaria de Salud, pues permite, como otros han expresado, dispensarizar adecuadamente y dirigir racionalmente las acciones de promoción y prevención con respecto a las lesiones no intencionales en el hogar de los niños menores de cinco años.7,11
En la investigación al igual que en una similar realizada en San José de las Lajas predominó el grupo de menores de un año. Debe considerarse que a esa edad los niños tienen su esfera de movimientos muy limitada y son completamente dependientes de los adultos, esto determina que tengan menos riesgos de accidentes que en otras edades.7 Los autores comparten el criterio de otros autores en el sentido que es necesario considerar que durante los cuatro primeros años de vida, deben extremarse las medidas de protección. Cualquier accidente que se produzca a esta edad es por entero responsabilidad de los que vigilan al niño y más que todo, una manifestación de maltrato infantil por descuido o negligencia.14
El 60.6% de los niños tenían antecedentes de haber sufrido algún accidente en los seis meses previos. Estas cifras superan al 48,2 % encontrado en una población de niños entre uno y tres años.12En otro estudio similar en San José de las Lajas se encontraron antecedentes de accidentes en solo el 19.6% de sus casos. (7)Similar comportamiento se observó en el municipio de Güines, con una incidencia global de accidentes de 21,5 %.9
En la medida que el niño se desarrolla va ampliando su radio de acción, se incrementa su capacidad de desplazamiento, la curiosidad por explorar el medio y puede encontrar a su paso zonas de peligro, que son las causantes de muchas de las lesiones no intencionales si no son adoptadas las medidas adecuadas.2,3,7
En cuanto a los diferentes tipos de accidentes, en los 6 meses previos a la visita, fueron las caídas que requirieron tratamiento médico las que marcaron la primacía, seguidas de los cuerpos extraños y las quemaduras. Resultados similares aunque en un mayor por ciento fueron encontrados por Fuentes Pacheco que las identificó en el 86,4 % de sus niños.9 Esto puede explicarse porque su estudio, no fue realizado como éste, en el terreno, sino en las consultas externas de un policlínico.
Igual comportamiento presentó el resultado de un mega estudio en cuatro ciudades alrededor del mundo donde las caídas fueron el tipo de accidente más frecuente con el 56 %, seguida por las quemaduras, a diferencia de este estudio que tuvo los cuerpos extraños en segundo lugar. Ellos exponen que las caídas ocurrieron con mayor frecuencia en las escaleras; y la mayoría de las quemaduras por líquidos calientes.1
La generalidad de los autores identifican las caídas como la primera causa de accidente en el hogar en la infancia y muchos las vinculan con la negligencia o abandono de los cuidadores.1,7,9,12,15
En un estudio en 733 niños publicado en Pinar del Río, identifican la ingestión o introducción de cuerpos extraños en un 75,5 % como la primera causa aunque esto se explica por el escenario donde se realizó el mismo, un servicio de urgencias hospitalario, y en su caso predominaron, las espinas de pescado, seguido de la carne y los huesos respectivamente.16
Las intoxicaciones medicamentosas no fueron frecuentes en el presente estudio, no coincidiendo con los resultados encontrados por otros autores.13,18
Transcurridos 6 meses y evaluado el resultado de la intervención se hizo evidente la reducción del número de los factores de riesgo de accidentes o lesiones no intencionales. Se aprecia una disminución considerable en los niños dejados solos, en la mala protección de las fuentes de electricidad y el acceso libre a la cocina que fue el tercer factor de riesgo y que menos se modificó, sin duda por las implicaciones estructurales que cada una entraña para cada familia. Estos resultados satisfactorios también se complementan con la reducción del número de accidentes en los seis meses posteriores a la misma.
Coinciden con estos resultados los de una intervención realizada en Camagüey donde la distribución de familias según el número de factores de riesgo de accidentes en los hogares, muestra que antes de su intervención las familias se ubicaron predominantemente en la categoría de 6 a 10 factores, con un 43,5 % y con más de 10 factores potenciales el 34,8 %. Post intervención la mayoría de las familias se ubicaron en las categorías sin riesgo potencial, identificado en un 30,7 % y un 34,8 %.19
Por otra en una intervención realizada en Maniabón, Matanzas, se alcanza una reducción sustancial del número de lesiones no intencionales en la población infantil. 20
Los autores consideran que los resultados, como los de otros autores, demuestran la validez de trabajar en esta línea, pues es preferible hacer acciones de promoción en los hogares, que esperar para atender al niño accidentado en los servicios de urgencia.
Según la experiencia del estudio, es fundamental en este tipo de investigación: la acción del observador y orientador, pues solo cara a cara y actuando de forma persuasiva y convincente pueden modificarse en las familias los modos y estilos de vida como se logró en la intervención.
Se concluye que la intervención fue satisfactoria pues se logró clasificar a las familias según su grado de riesgo, modificar o eliminar significativamente la mayoría de los factores de riesgo de accidentes o lesiones no intencionales y reducir la incidencia de accidentes en los seis meses siguientes a dicha intervención.
Se recomienda continuar aplicando la clasificación de riesgo utilizada en el estudio y seguir realizando intervenciones con esta metodología
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflicto de intereses en la realización del estudio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recibido 30 de noviembre del 2015
Aprobado: 2 de diciembre del 2016
MsC.Remigio Rafael Gorrita Pérez.Especialista de II Grado en Pediatria, Auxiiar y Consultante, Investigador Auxiliar, Máster en Atención Integral al Niño. Policlinico Univesitario “Santiago Rafael Echezarreta Mulkay”. San José de las Lajas, Cuba. Correo electrónico: remigio.gorrita@infomed.sld.cu
ANEXO 1
Planilla recopiladora de datos sobre factores de riesgos de accidentes y accidentes en la edad pediátrica.
Estimados padres: quisiéramos contar con su tiempo y colaboración para realizar una visita al hogar e identificar posibles causas de accidentes en los niños. Consideramos que los resultados pueden resultar de mucha importancia para la salud de sus hijos,
Muchas gracias.
Nombre___________________________________________
Edad______
Dirección__________________________________________
Factores de riesgos encontrados en la visita al hogar:
Clasificación del riesgo:
Antecedentes de accidentes en los últimos seis meses: