Marcel Deniel Mendieta Pedroso
Especialista II grado en Medicina Interna y Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas en Atención Primaria de Salud. Investigador Agregado. Profesor
Auxiliar. Hospital Docente “Leopoldito Martínez”. San José de las Lajas, Cuba. Correo electrónico: marcel@infomed.sld.cu.
Sr. Editor(a):
La enfermedad cerebrovascular continúa siendo un problema de salud reportándose una incidencia entre 150-200 casos por 100 000 habitantes por año. Expresa una prevalencia de 500 a 700 casos por 100 000 habitantes donde el 10 % fallecen y entre el 50 y el 70 % de los sobrevivientes quedan con secuelas.1,2
En el artículo “Nivel cognitivo adquirido sobre enfermedad cerebrovascular después de intervención educativa en médicos de Mayabeque”, publicado en la revista Medimay, 2018; 25(3), por el autor2 se evidenció déficit cognitivo sobre la enfermedad cerebrovascular en médicos de la atención primaria de salud, lo que motivó un estudio cuasi-experimental que pretendió elevar el conocimiento médico.
Este objetivo se logró, sin embargo, se describió desconocimiento en la posibilidad de aplicar escalas predictivas.3 El uso de estas como la National Institute of Health Stroke Score (NIHSS), facilitan la praxis médica con calidad, pero es preferible como mencionó Morales, que las escalas sean autóctonas para que respondan a la realidad económica y a las características de nuestra población.4
El objetivo fundamental es que las estrategias realizadas contribuyan a disminuir la mortalidad y eleven la calidad en la asistencia médica. Por otra parte, se identificó en el estudio de mortalidad que la mayor cantidad de defunciones en esta entidad, ocurren en los horarios de la mañana, en mujeres adultas mayores.5
Las causas directas de muerte están relacionadas con: la hipertensión arterial descontrolada, la insuficiencia cardíaca global, la deshidratación, la bronconeumonía y el tromboembolismo pulmonar.5
La investigación publicada en el 2018 identificó una serie de factores que se asocian al mal pronóstico como la hiperglicemia, la hipercolesterolemia, la urea y creatinina alta, la prolongación del intervalo QT en el electrocardiograma.6 Es decir, son factores todos evitables y modificables.
Una intervención oportuna puede cambiar la situación actual de esta entidad. La elaboración de una escala predictora de mortalidad en Mayabeque para el Ictus disminuiría los costos en salud y mejoraría la esperanza de vida de los pacientes que sufren esta penosa enfermedad.
MSc. Marcel D. Mendieta Pedroso
Especialista II Grado en Medicina Interna y Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas en Atención Primaria de Salud. Investigador Agregado.
Profesor Auxiliar.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recibido: 5/04/2019
Aprobado: 21/05/2019
MSc. Marcel D. Mendieta Pedroso.Hospital “Leopoldito Martínez”. San José de las Lajas, Cuba. Correo electrónico: marcel@infomed.sld.cu
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