Si la vida, aunque frágil, puede ser el sol, ese astro
divino que nos alumbra cada amanecer, ¿por qué transformarla en
una noche eterna a través de la violencia?
Luchamos incesantemente contra ese mal que recorre raudamente el mundo, haciendo
su mayor estancia en Las Américas y el Caribe donde se le ha denominado
la pandemia social del Siglo XX. En algunos países hay indicios de que
se está desarrollando una cultura de la violencia.1
La violencia se define como: todas aquellas actuaciones de individuos o grupos
que ocasionan la muerte de otros o lesionen su integridad física o moral.
En ese sentido general la violencia se puede ver como algo (sic) que impide
la realización de los Derechos Humanos, comenzando por el fundamental:
el derecho a la vida.2
Se clasifica según el ámbito donde ocurre (doméstica, laboral);
según la persona que la sufre (niño, mujer, anciano); según
la aparente motivación (robo, riñas, políticas); según
el perpetrador (pandillas juveniles, agentes del Estado, guerrillas) y según
el arma utilizada (punzantes, contundentes, de fuego, etc).1
América Latina y el Caribe se consideran las zonas más violentas
del mundo, ya que en ellas la tasa regional de violencia es de aproximadamente
20 homicidios por 100 000 habitantes.3
La mayoría de los autores coinciden que el origen fundamental de la violencia
es la desestabilización del Estado, el hambre, la pobreza, la desintegración
familiar, la desigualdad de las capas sociales, el maltrato recibido en la infancia,
como dice el conocido adagio " la violencia engrenda violencia " lo
que pone al descubierto el hecho de que una consecuencia de este fenómeno
es también su reproducción.4
A nadie le cabe duda que los medios de comunicación como la televisión
y las películas, por los que es mucho más probable que se limite
la violencia caracterizada como " buena" y que no se castiga.5
Otros factores facilitadores de la lesión como el consumo de alcohol,
deberían hacernos reflexionar sobre el proceso de introducción
de niños y adolescentes en la cultura del alcohol.6
Al observar esta breve panorámica de la violencia en Las Américas
y el Caribe donde sus principales víctimas son los niños, jóvenes,
mujeres y ancianos nos preocupa que en nuestro país donde constantemente
se lucha por la formación de un hombre mejor, donde la salud y la educación
son gratuitas, donde no existe la desigualdad y todos tenemos el respeto a los
Derechos Humanos, no esta exento de la violencia pues, en una revisión
realizada en el Departamento de Medicina Legal del Hospital General Docente
"Aleida Fernández Chardiet", conjuntamente con los datos aportados
por la Instrucción Policial del Procesamiento Penal Güines que atiende
este territorio (municipios Güines, San Nicolás de Bari y Nueva
Paz), con una población de 118 567 habitantes.
De 1997 a 1999 se cometieron 728 actos de violencia como robo con violencia
como robo con violencia, homicidio, delitos de lesiones, delitos sexuales y
suicidio, con una tasa de homicidios de 94,4 por 100 000 habitantes que supera
la del suicidio que es de 81,8 por 100 000 habitantes. En el homicidio prevalecen
los accidentes del tránsito con su creciente cobrar de víctimas
y su causa más frecuente la ingestión de bebidas alcohólicas.
Existe un subregristo estadístico en el delito de lesiones (539 lesionados)
que aunque perseguible de oficio, la mayoría de las mujeres víctima
del maltrato físico ocasionado por su pareja, no acuden a la Unidad de
la P.N.R. a formular denuncia; al igual sucede con los delitos sexuales (32
víctimas) principalmente cuando se trata de víctimas menores de
edad debido a que sus representantes legales prefieren ocultar el hecho.
La violencia provoca una carga considerable a los servicios de salud y rehabilitación,
pues no siempre culmina con la muerte sino con la invalidez. Buscar sus causas,
sus raíces y combatirlas debe ser un propósito de la Salud Pública
Cubana para con orgullo decir: nuestro país posee la tasa más
baja de violencia de Las Américas y del Caribe.
Dra. Ofelia de los Milagros García Cueto