EDITORIAL
La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), inaugurada el 15 de noviembre del 1999, en el marco de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, con la misión fundamental de formar médicos generales básicos, orientados hacia la atención primaria de salud como escenario fundamental de su atención profesional, con una elevada preparación científica, humanista, ética y solidaria; capaces de actuar en su entorno de acuerdo con las necesidades de la región para el desarrollo humano sostenible,1 ya cuenta con una historia de doce años y más de 24 mil los médicos que se han formado en sus aulas, los que en su mayoría, trabajan en las zonas más humildes, con una nueva concepción del servicio de salud, con un enfoque preventivo, de equidad social.
En el año 2012 se gradúa la 8va promoción de estos galenos y tiene la provincia Mayabeque el privilegio de contar con un contingente compuesto por 184 médicos, que haciendo gala de los valores formados en nuestras aulas, y de ese calor humano que caracteriza a los pueblos de la región, vienen a formar parte del ejército de batas blancas que acompañara a la población mayabequense a elevar y hacer sostenible su calidad de vida. Y que han contribuido a mejorar la cobertura médica que a la luz de las transformaciones necesarias del sistema de salud, se definieron 359 consultorios médicos como necesarios y de ellos 354 con médicos y 5 con enfermeras, y donde hoy exhibe nuestra provincia del 96 % de cobertura.
Muchas son las anécdotas que pudiéramos hacer ya en estos primeros meses de su presencia, pero valga solo decir que la satisfacción del pueblo, al cual nos debemos y para el que cada día damos lo mejor, cada profesional de la salud de esta joven provincia, que tiene el reto de ser una luz diferente en las actuales condiciones; es cada vez más elevada; son sus acciones las que en comunidades distantes, ya los han acogido como dignos hijos de su pueblo, donde se identifican con cada uno de los problemas sociales y de salud que detectan en su área de atención.
A la par de este meritorio trabajo elevan su formación profesional, preparándose cada día con el rigor necesario, para obtener su título de Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral al término de dos años, momento en que estamos seguros, sentirán además el orgullo del deber cumplido y no faltarán lagrimas derramadas en los últimos momentos por la nostalgia de verlos partir.
Este es otro ejemplo de lo grande y fructífera que puede ser la unidad de nuestros pueblos, de lo inmensa que es la manta de la solidaridad y el humanismo, del legado que nos han dejado nuestros antepasados, del convencimiento que hoy tenemos de que un mundo mejor es posible, por esto, gracias por haberme dado la oportunidad de plasmar en estas páginas lo que su presencia significa y lo agradecidos que estamos por su abnegada labor, que se convierta esta en un compromiso de mejora constante de la calidad de los servicios de salud para lograr la excelencia.
Y como dijera nuestro querido Fidel en el acto de Inauguración de la ELAM,…¨Lo más importante habrá de ser su consagración total al más noble y humano de los oficios: salvar vidas y preservar salud. Más que médicos, serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano; apóstoles y creadores de un mundo más humano¨… ¨ médicos dispuestos a trabajar allí donde se les necesite, en los más remotos rincones del mundo donde otros no están dispuestos a marchar. Es el médico que se formará en esta Escuela¨…2
No podemos olvidar que el Sistema de Salud necesita un profesional que se adecue a las necesidades, con capacidad real de solución de los problemas de salud, que mejore la eficiencia del sistema sanitario, y resuelva prácticamente el 90 % de los problemas de salud en este nivel, para que lleguen a otros niveles del sistema, los problemas que por sucomplejidad o requerimientos tecnológicos, necesiten de otros recursos.3
Estamos seguros que con el acompañamiento de sus profesores, estos jóvenes galenos lograrán cumplir los objetivos que se ha propuesto nuestro Ministerio y que al regreso a sus países, volverán más fortalecidos y seguros de formar parte de nuestro gran ejército de batas blancas.
Dra. Ana Duadys Pérez Alvarez.
Especialista de II grado en Medicina General Integral y Organización y Administración de Salud. Máster en Toxicología Clínica. Profesora Auxiliar.
Facultad de Ciencias Médicas de Mayabeque. Güines, Cuba.
E-mail: ana.duadys@infomed.sld.cu